Manual

            El objeto de este apartado es potenciar no sólo el buen uso y manejo del jamón o de la paleta, es también una iniciación al propio corte para sacarle el máximo rendimiento al material y por último, también precisar y dar a conocer que el jamón es un producto beneficioso para nuestro cuerpo pues al tener un importante contenido en ácido oleico (como el aceite de oliva), y ser rico en grasas mono insaturadas, su consumo produce efectos beneficiosos para nuestro cuerpo consiguiendo la disminución del índice de los triglicéridos y del  colesterol  total, además reduce el estrés por su contenido en vitamina B1 y que es bajo en calorías (100 gramos de jamón son 182 calorías).

                En  definitiva que no solo es bueno para comerlo y saborearlo.


            Con el contenido del apartado pretendo que el lector aprenda a conocer la materia prima, elaboración y clasificación, a tener conocimientos sobre el jamón para elegir, empezar, cortar “con destreza y elegancia” sacando el máximo rendimiento de la pieza, presentar platos apetitosos, conservar y deshuesar.

            Para ello "aprenderá" cómo elegir una buena pieza y diferenciar entre jamón negro y blanco, bellota o cebo, las herramientas a utilizar en el corte, la limpieza de la pieza, sus partes, técnicas del corte, presentación o emplatado, aprovechamiento de todas sus partes, condiciones de consumo y la conservación del producto.

ÍNDICE GENERAL

Introducción a la labor del cortador de jamón.

1.  El jamón y sus variedades. El origen.

      1.1.- Denominaciones de origen del jamón ibérico.
      1.2.- La crianza del cerdo ibérico y sus razas.
      1.3.- El sacrificio del cerdo, la matanza.
      1.4.- Elaboración del jamón.

2.  Glosario y terminología.

      2.1.- Las partes del jamón.
      2.2.- Características de sus huesos.
      2.3.- Técnicas de deshuese.

3.  Medidas sanitarias y de prevención de riesgos.

     3.1.-  La utilización de guantes anticorte.
     3.2.-  Análisis de peligro y puntos de control de la mesa de trabajo o de corte.

4.  Utensilios para el corte.

      4.1.-  Cuchillos profesionales, chaira y pinzas.
      4.2.-  Mantel de sobremesa y decoración final.

5.  Limpieza de cortezas y grasas.

      5.1.-  Cortes sencillos para la limpieza.
      5.2.-  Técnicas para la total limpieza exterior del jamón.
      5.3.-  Deshuese del hueso coxal.


6.  El corte del jamón total para “EVENTOS”.

      6.1.-  Jamón limpio de cortezas y tocinos.
      6.2.-  Sujeción al soporte con pezuña arriba.
      6.3.-  Comienzo de corte por la maza.

7.   El corte del jamón parcial para “CASA”.

      7.1.-  Jamón con sus cortezas y tocinos.
      7.2.-  La sujeción es opuesta a la de eventos.
      7.3.-  El corte comienza por la babilla.
      7.4.-  Perfilación ante el corte.

8.   Prácticas de corte y aprovechamiento.

      8.1.-  Tamaños y formas de tapas.
      8.2.-   Corte horizontal y variado.
      8.3.-   Decoración y emplatado del jamón.
      8.4.-   Rendimiento de la pieza y su conservación.
      8.5.-   Envasado de raciones para familias.

INTRODUCCIÓN   A   LA   LABOR   DEL CORTADOR   DE   JAMÓN.

            Es sobradamente conocido por todos, el arte de cortar jamón. Quién no ha asistido a alguna fiesta y ha visto a la figura del cortador de jamón deleitándonos con sus sencillos cortes y sensacionales platos de jamón sobre su mesa.
            Es por ello, que en estos momentos de gran explosión culinaria de nuestro producto mas español de todos los tiempo, es de razón darle el mérito que se merecen estos profesionales del corte del jamón.
            Hay una lección magistral para todo que se aprecie ser un gran cortador de jamón, y es la siguiente: tener siempre en casa una pata de jamón y despues “caminante no hay camino se hace camino al andar”, y así poder descubrir todas las técnicas de corte que se le puedan presentar.
            Y cuando tienes las suficientes resoluciones ante dificultades aparecidas en tus cortes, es cuando el cortador toma el estilo personalizado de su figura, que seguramente no tiene que coincidir con el resto de los cortadores aunque lo que se realizará al fin y al cabo es la misma labor: la de cortar un jamón.

 
       















1.     El jamón y sus variedades, el origen.

1.1.-  Denominaciones de origen del jamón ibérico.

      El jamón es el nombre genérico del producto obtenido de las patas traseras del cerdo, salado en crudo y curado de forma natural. A las patas delanteras se las llama paletas o paletillas.

      El Origen: Esta raza de cerdo es descendiente del “Sus Mediterraneus”, el jabalí que antaño pobló ambas orillas del Mediterráneo. Es la última raza porcina de pastoreo de Europa lo que la convierte en una raza diferente y única.

      Lo que hace especial a la raza ibérica es su capacidad fisiológica de almacenar grasa entre los músculos. Así los productos elaborados a partir de su carne presentan las conocidas infiltraciones de grasa o vetas, que realzan su aroma, sabor y textura. Son productos saludables y nutritivos, de altísimo valor gastronómico. El más destacado de todos ellos es el jamón ibérico, el producto más representativo de nuestra historia y cultura gastronómica.

      Hablamos de una raza con un número muy bajo de ejemplares, con un singular régimen de crianza y alimentación, y que ha encontrado en la dehesa peninsular un ecosistema ideal para su pastoreo.

      Las dos variedades más conocidas a nivel mundial son el jamón curado de España y Portugal (bien sea en sus variedades de ibérico o serrano) y el jamón italiano o prosciutto.

      Las clasificaciones existentes hoy en día atienden a la raza de la que proviene dicho cerdo y la manera de ser criados. En lo que respecta al jamón, hay sistemas de valoración de la calidad que presenta. En nuestro país es el siguiente panorama:

      Con respecto al jamón blanco existe una Especial Tradicional Garantizada (ETG) para el jamón blanco, serrano o de bodega. Otra denominación por indicación geográfica para el jamón de Trévelez, y una tercera denominación de origen protegida del cerdo blanco para  los jamones de Teruel.

      Estos jamones se obtienen de cerdos de capa blanca, criados generalmente en régimen intensivo, alimentados con piensos. A estos jamones se le asegura un mínimo de 7 meses de curación, llegando a alcanzar, según marcas hasta los 24 meses.

Ø Producción: 90%
Ø Razas: Duroc, Landrace, Large White, Pietrain.
Ø Alimentación: Piensos.
Ø Denominación: jamón blanco, serrano, curado o de bodega.
Ø Curación: de 7 a 16 e incluso 24 meses.

          Y con respecto al jamón negro o de cerdo ibérico existen cuatro denominaciones de origen protegidas.

      El cerdo de raza ibérica es un animal rústico con un singular metabolismo. Fisiológicamente, el cerdo ibérico presenta un aspecto característico y claramente diferenciado del cerdo blanco. Es un animal que posee un esqueleto ligero y un movimiento vivo, con patas muy largas y finas pero resistentes.

      Su metabolismo produce menos músculo y más grasa que otras razas y es capaz de infiltrar en su tejido muscular las proteínas y los ácidos oleicos de la bellota como ningún otro animal. También se caracteriza por ser una raza que necesita más cantidad de alimento que otras para engordar.

      Las cuatro denominaciones son:

·        De Huelva (Incluye: Jabugo, Cumbres Mayores, Repilado, etc.).
·        De la Dehesa de Extremadura.
·        De Guijuelo (Salamanca).
·        De los Pedroches (Córdoba).

Ø Producción: 10%
Ø Razas: Cerdo Ibérico (suroeste de España y en Portugal).
Ø Alimentación: Bellotas, pastos naturales y piensos.
Ø Denominación: Jamón ibérico bellota, Cebo de campo y Cebo.
Ø Curación de paletas: entre 18 y 28 meses.
Ø Curación de jamones: entre 28 y 36 meses.



La  raza ibérica está constituida por varias estirpes que se agrupan en dos
grandes variedades según la coloración característica de su piel: coloradas y negras.
Ambas están repartidas entre las zonas de pastoreo de Extremadura, Andalucía y las dos Castillas.

 •  NEGROS:
Los cerdos de las variedades negras son más finos y de menor tamaño que los de las coloradas, pero con mayor predisposición a acumular grasa y con mayor velocidad de crecimiento. En sus orígenes estaban asentadas principalmente en Cáceres, Badajoz y Córdoba.

 Las principales variedades negras de cerdo ibérico son:

Lampiño: sin pelo y con pliegues transversales en la piel de la frente. Su tocino es más espeso y tiene mayor cantidad de grasa.
Los productos que se obtienen de esta variedad son de gran calidad, con una buena conformación de la canal.
Su asentamiento se sitúa en las vegas de los ríos de Cáceres, Badajoz y Córdoba.

Entrepelado: presenta fuertes y tupidas cerdas a lo largo de todo el cuerpo. Son cerdos de una excelente conformación y línea más estirada que dan canales menos grasas que los negros lampiños. Esta variedad estuvo bastante extendida por la Sierra de Córdoba.
Tiene peor rendimiento en montanera que el negro lampiño, por su comportamiento deficiente en pastoreo.

 •  COLORADOS:
Son variedades bien adaptadas. Tienen una buena capacidad de crecimiento y buen rendimiento a la canal. Su proporción de músculo es mayor que las otras variedades ibéricas.
Las principales variedades coloradas son:

Rubia campiñesa: variedad de tipo semigraso con las cerdas muy sedosas. Tienen  jamones bien desarrollados y musculosos. Se sitúa en Cádiz, Córdoba y Sevilla.

Manchada: llamada también de Jabugo, se criaba en la sierra norte de Huelva. De color rubio con manchas negras o grises oscuras distribuidas irregularmente.

Retinta: es la más extendida de todas las variedades ibéricas. Su color puede variar desde un canela claro a un rojo oscuro o tinto.
Se sitúa en las provincias de Salamanca, Toledo, Cáceres, Badajoz, Ciudad Real, Sevilla y Córdoba.

Torbiscal: es la variedad más actual, resultado de experimentos de hibridación iniciados en los años 40 en Toledo. Tienen una coloración de piel variable, que puede ser clara u oscura.

      1.2.-  La crianza del cerdo ibérico y sus razas.
      El Ciclo de Vida: El período de gestación de las hembras de cerdo ibérico dura tres meses, tres semanas y tres días. Respecto a otras razas de cerdo las hembras ibéricas tienen menos partos y menos lechones.


Cuando los lechones nacen tienen un peso medio de entre 1 y 1,4 Kg. A partir de este momento el animal irá pasando por los siguientes periodos:
 •  Período de cría:
Se les considera “lechones” desde que nacen hasta que dejan de tomar leche materna y alcanzan un peso de unos 23 kg.
 •  Período de recría:
En este período se alimentan a base de pienso poco energético y rico en fibra. Se quiere evitar que engorden demasiado y se busca que desarrollen una buena estructura ósea y muscular.
 Cuando el cerdo ibérico crece se producen cambios en su organismo que modifican la cantidad y la composición de su carne y grasa. Al madurar el animal incrementa su producción de colágeno y de fibras musculares. El colágeno es el soporte estructural de los músculos y las fibras musculares aportan mayor intensidad de sabor a la carne.
 Pasan por dos fases en función del peso:
1.- Marrano, de 23 a 58 Kg.
2.- Primal, desde los 58 hasta los 104 Kg.
•   Período de cebo:
Es el periodo inmediatamente anterior al sacrificio del animal. En esta fase al cerdo ibérico se le denomina “gordo” y dependiendo del tipo de alimento con el que se le engorde se conseguirá un cerdo ibérico de bellota o cebo:
      La experiencia de los ganaderos del sector ha llevado, en los últimos tiempos a proporcionar a estos animales una alimentación mas equilibrada.
      Sólo de esta manera se consiguen animales de calidad y peso idóneo para llegar a la montanera en condiciones optimas. La alimentación del cerdo ibérico es tan importante que influye decisivamente en la calidad de su carne, y consiguientemente, de los jamones y demás productos derivados.
      Así contribuye el tipo y calidad de bellota con que se les alimenta (bellotas de encinas o alcornoque), la relación que a de ser equilibrada entre bellota e hierba y la cantidad de cerdos que se alimentasen en una determinada extensión de cada dehesa, etc.

      Calidad de los jamones: Bellota, Cebo y Cebo de Campo:

            Los sistemas de calificación de la calidad de los jamones y paletas son atendiendo a la alimentación del cerdo durante la fase de engorde en las dehesas.

            El jamón de bellota Proviene de un cerdo ibérico puro que nace y crece entre las encinas, trotando libremente mientras come yerbas en estado natural. Es el animal que entra en montanera con aproximadamente entre los 85/115 kilos, reponiendo entorno al 50 o 60% de su peso de entrada a base de bellotas e hierbas. Dentro de esta clase hay dos niveles de calidad, Summum y Excellens. La primera de ellas (Summum) identifica a las mejores piezas de la campaña y se reconoce mediante un precinto inviolable de color negro y con vitola del mismo color en la que se indica su añada. La segunda (Excellens), es para el resto de piezas y se identifica mediante un precinto inviolable de color rojo y la vitola es de este color también, y en ella se indica así mismo la añada.
            El cerdo de bellota engorda con bellota un mínimo de 46 kg. y se sacrifica con un mínimo de 14 meses.
            La edad mínima para el sacrificio es de 14 meses y se realiza entre el 15 de Diciembre y el 15 de Abril.

            El jamón de cebo indica que el cerdo ibérico del que se ha obtenido se ha alimentado principalmente con cereales y piensos seleccionados y de calidad. El jamón ibérico de cebo es aquél que en su fase de engorde  (a partir de un peso medio comprendido entre los 85 y los 115 Kg.) se lleva a cabo dentro de cebaderos “granjas”.
            El cerdo de cebo se alimenta con piensos naturales y se sacrifica con un mínimo de 10 meses de edad y se reconoce mediante un precinto inviolable de color blanco y con vitola del mismo color en la que se indica su añada.
            Entre estas dos clasificaciones existe la que se denomina jamón de cebo de campo cuya principal característica es que no se  crían en cebaderos, sino que comen al aire libre, como dice la denominación, en el campo. La fase final de la alimentación para estos cerdos se realiza en sitio abierto,  en el que los animales pisan libremente sobre la tierra, forzando así las patas.
            El cerdo de cebo “de campo” se alimenta con piensos naturales y se campea durante dos meses.  Se sacrifica con un mínimo de 12 meses de edad y se reconoce mediante un precinto inviolable de color verde y con vitola del mismo color en la que se indica su añada.

            También ha existido otra denominación que era la de  jamón ibérico de recebo (la cual se irá suprimiendo a medida que se terminen las piezas existentes en el mercado con dicha denominación).
            Con esta denominación se entendía a aquel cerdo que se alimentaba de forma mixta: en régimen de montanera con bellotas e hierbas, como mínimo el 30% de su peso de entrada (peso medio de entrada comprendido entre los 85 y 115 kilos), siendo terminado su cebo con piensos autorizados y pastos, normalmente se les denominaba de recebo o de Gran Selección identificándose con una precinto inviolable y con vitola de color azul.
      1.3.-  El sacrificio del cerdo, la matanza.

      Tradicionalmente el sacrificio de los cerdos ibéricos se produce en los primeros meses del año, coincidiendo con el final de la montanera, con el periodo en el cual las condiciones climatológicas son más favorables para el comienzo de la curación de los jamones y paletas ibéricas.
      Los animales con 14 meses de vida alcanzan un peso de 140/160 Kg. Y se encuentran en las mejores condiciones para conseguir unos perniles óptimos, que posteriormente serán sometidos al proceso de curación.
      Los modernos sistemas de sacrificio son rápidos, higiénicos y evitan que el animal sufra innecesariamente.
                  El proceso de parsimoniosa elaboración del jamón ibérico comienza con el sacrificio. Los cerdos llegan al matadero en vehículos “cómodos” para evitarles, parcialmente, el estrés del traslado, que puede provocar cambios en su metabolismo y alterar sus carnes, de ahí que los cerdos descansen en corrales adecuados para que el nivel de glucógeno en el músculo sea óptimo, y de ahí la importancia que tiene la cercanía de la dehesa al matadero. Si el animal es expuesto a un sufrimiento prolongado la carne puede verse afectada de forma negativa. El método tradicional con matarifes está actualmente en desuso, sólo permanece en unos pocos pueblos como símbolo de la cultura ganadera y pastoril.
      En esta fase es en donde los laboratorios situados en los mismos mataderos, toman muestran del animal, para comprobar científicamente y catalogar la calidad de la carne para verificar la correcta alimentación con bellotas del animal. Sellándose las piezas en función de los niveles alcanzados en la prueba de ácido oleico, que es el componente de la bellota que asimila el cerdo.

      1.4.-  Elaboración del jamón.

      El proceso de elaboración del jamón consta de las siguientes etapas.

·        Sangrado: Finalizado el sacrificio, es importante que el cerdo se desangre bien, antes de despiezarlo en caliente para separar todos sus “tesoros”.
      Con el despiece se consigue un máximo aprovechamiento del cerdo que dará lugar a un gran abanico de manjares frescos y curados.
      Incluso la sangre es aprovechada para varios preparativos.

·        Perfilado: El perfilado consiste en la retirada de parte de la grasa de cobertura de su zona exterior y acaba con el típico corte serrano en V de la pieza, realizado con cuchillo de forma artesanal por manos expertas.
      Este proceso ha de realizarse tras 24 horas de refrigeración para no incrementar el riesgo de proliferación microbiana o pérdidas posteriores del jamón. Si esta operación se realiza en caliente es fácil observar las cuchilladas sobre el pernil, lo que supone una disminución comercial del jamón.
·        Salazón: Este proceso se hace en seco. Los perniles son apilados y cubiertos con sal marina en un ambiente controlado en la cámara de salazón.
      Tiene por finalidad la incorporación de la sal marina a la masa muscular, favoreciendo la deshidratación de las extremidades del cerdo, su perfecta conservación y contribuyendo así mismo al desarrollo del color y aromas típicos de estos productos.
      La duración aproximada en la sal es de un día por kilo de peso, permaneciendo a una temperatura de entre  0º y 5º C y con humedades relativas en torno al 70-90 %.
      A mitad del periodo de salazón, tiene lugar el volteo de las piezas para lograr una distribución homogénea de la sal.
·        Lavado con agua caliente: Se realiza para eliminar la sal superficial, para lo cual se introducen los jamones en un recipiente en el que existen cepillos, cuyas púas por frotamiento ayudan a este proceso. Actualmente existen máquinas automáticas para efectuar el lavado y frotamiento de las piezas.
      Es importante que la sal este limpia y que el lavado sea correcto para evitar que el depósito de la sal en el exterior del jamón inhiba el crecimiento de la flora.
      Al finalizar el lavado se moldean y perfilan los jamones uno a uno, y finalmente se cuelgan de la cuerda introduciéndose en una cámara para comenzar el equilibrado salino o asentamiento.
         
      Hasta aquí, se ha hecho un buen proceso del jamón que puede servir para cualquier tipo que se elabore; ahora empiezan los problemas, ya que el jamón va a quedar expuesto, sin nada que lo proteja, dado al escaso valor antiséptico que se le puede asignar a la sal, a la variaciones climáticas, contaminación bacteriana,  agresiones del medioambiente,  parasitismo, etc.

·        Asentamiento: Cuando el jamón se saca de la pila de salazonado, ya ha tomado toda la sal que va a tener hasta el final del proceso. Sin embargo ésta se encuentra concentrada en la superficie, mientras que las regiones del interior prácticamente no contienen sal. Por ello es necesario un periodo de postsalado, o equilibramiento, donde por proceso de difusión se tiende a una distribución uniforme de la concentración salina hasta alcanzar el punto exacto de sal.
      La duración mínima del equilibramiento es variable y va en función del contenido graso de cada pieza ya que la penetración salina por difusión está muy condicionada por la presencia de grasa. Aunque por lo general este proceso suele tener una duración entre 35 y 60 días dependiendo del tipo de jamón.
      Otro factor importante es que mientras se está produciendo la penetración de sal al interior del jamón, hay un proceso de salida de agua al exterior, con la consiguiente perdida de humedad desde la superficie. Por ello, es necesario tener un estrecho control de la humedad relativa de la cámara donde se mantengan los jamones (entre el 80 y 90% de humedad relativa), amen del propio control de la temperatura, que ha de evolucionar hasta el momento en que se les traslada al secadero natural.

·        Secado y Maduración: Las piezas pasan a secaderos naturales con un riguroso control de ventilación y temperaturas que puede durar entre 6 y 9 meses con temperaturas entre los 15 º y 30 ºC.
      Este periodo de reposo favorece la fusión natural de parte de las grasas de su protección adiposa, consiguiendo una distribución uniforme de las grasas en el tejido muscular. En estos meses empieza a adquirir su sabor y su aroma característico y único.
      En este proceso lo fundamental es que la temperatura de los jamones ascienda de manera progresiva, con lentitud, de forma gradual y controlada, cerrando o abriendo ventanas convenientemente y protegiendo al jamón de cualquier sobresalto térmico.
      Con la proximidad de los meses de verano, la exudación de los jamones se vuelve mucho más intensa y el chorreo de grasa es más acusado. Al sudado de grasa por el día, le procede una concentración y enfriamiento nocturno de las piezas. De esta forma todos los aromas ocultos empiezan a aflorar paulatinamente, los perfumes de sus capas adiposas expanden su delicada fragancia y el jamón ibérico empieza a adquirir su sabor característico y único.

·        Envejecimiento en bodega: Al salir del secadero y después de una clasificación previa según su peso, calidad y conformación, los jamones y paletas pasan a la bodega donde concluye la última fase de curación, madurando lentamente.
      Permanecerán a una temperatura que oscila entre los 15º y 20ºC y con humedades relativas en torno al 60-80%.
      Tanto un buen secadero natural, como una buena bodega, deben permitir realizar todas estas operaciones de forma absolutamente natural, sin actuar por ningún procedimiento no consagrado por la tradición y la práctica.
      Es una cuestión de sensibilidad, pues el resultado final dependerá tanto de las características del propio secadero como de la habilidad de las gentes que en el trabajan, y que con una dedicación total y una experiencia manifiesta, han de combinar los factores de altitud, microclima, grado higrométrico, variaciones diarias de temperatura y velocidad del aire, tal como Dios lo va dando, dirigiendo un proceso cuyo final es la obtención de nuestro inigualable Jamón Ibérico de Bellota.
      Dependiendo de la calidad de la pieza pueden estar aproximadamente: el jamón ibérico de bellota rondando los 30 meses y los otros entre 14 y 18 meses. Y las paletas entre 14 y 24 meses.

2.  Glosario y terminología.

            Añada de jamón: Es el conjunto de jamones y paletas de cerdos ibéricos que fueron sacrificados durante la misma montanera. Cada añada tiene sus propias y diferenciadas características.

            Montanera: Es la fase de cebo en la que se aprovechan los recursos naturales de la dehesa, Para ello el cerdo ibérico come bellotas, hierbas y raíces. Suele comenzar a partir de octubre, coincidiendo con la caída de las primeras bellotas y termina a finales de febrero o principios de marzo.
            La piara de cerdos en montanera deberá estar dirigida por un porquero, con el fin de aprovechar mejor las bellotas. Al comienzo de la montanera se aprovechan las bellotas de los lugares más alejados y de difícil accesibilidad ya que los cerdos están más agiles.
            Pese al exceso de grasa que producen los cerdos alimentados con bellotas, ésta confiere una alta calidad y cotización a sus productos. Esta característica se debe a la lenta pero paulatina incorporación de grasa infiltrada entre los músculos, que se ve favorecida con el ejercicio que desempeñan los cerdos al campear por la dehesa.

            Reserva: En las dehesas, en función de la climatología, alternan años de poca o mucha bellota. El tipo y cuantía de los frutos ingeridos por los animales determina las peculiaridades de la añada. En cada ejercicio, el Consejo Regulador de la D.O., se pronuncia sobre la calidad de la misma, decidiendo qué piezas ostentarán la calificación de Reserva.

            Secadero natural: Es el lugar dispuesto para secar los jamones y paletas ibéricas. Abriendo y cerrando ventanas.

            Bodega: Lugar con temperatura y humedad constante a lo largo del año, donde maduran los jamones y paletas de cerdo ibérico hasta su consumo.

            Cala: Es el proceso a través del cual se descubren y valoran los exquisitos aromas de un jamón, además de servir de control de las posibles alteraciones internas.
            Se introduce en el jamón una especie de punzón, llamado Cala, fabricado con hueso de la caña del fémur de caballo o vaca. El extremo del mismo queda impregnado de los aromas durante unos segundos y que una vez extraída del jamón se perciben a través del olfato.
            El experto encargado de esta cala deberá poseer una gran capacidad olfativa pues, en su mano, estará el trabajo de cuatro intensos años.
            Con esto se puede saber si el jamón está sano y dependiendo de la intensidad del aroma si tiene la curación adecuada.
            El jamón no debe pincharse en cualquier lugar, hay dos sitios fundamentales:
           
·        En la zona de unión del hueso de la cadera con el hueso de la caña del fémur.

·        En la zona superior antes de llegar a la rodilla.

            Estos son los sitios por donde puede empezar un jamón a estropearse.
            No se debe calar muchas veces un jamón, ya que dejamos un agujero abierto por donde entrará el aire y esa zona puede estropearse. Cada vez que se realice una cala conviene tapar un poco el agujero con la misma grasa del jamón.

            Organoléptica: Se dice de las propiedades que se pueden percibir a través de los sentidos: color, sabor y aroma.
           
            Sudado: Difusión de grasa a través del jamón que se manifiesta en forma de gotitas, como consecuencia de la temperatura ambiente y, en el caso de los jamones calidad de bellota, de su alto contenido en ácido oleico.

            Cerdo Ibérico: Es el cerdo autóctono de la Península Ibérica caracterizado por su excelente adaptación a la dehesa, por su capacidad de infiltrar grasa en el magro y por presentar unas extremidades muy finas y largas.

            Chacina: Carne de cerdo adobada con la que suelen elaborarse embutidos.

            Infiltraciones: Líneas de grasa entre la masa muscular que le confiere jugosidad al jamón y donde, en el caso de los de calidad de bellota, se van acumulando los compuesto volátiles de la bellota, durante la maduración. Esto determinará finalmente su aroma y sabor.

            2.1.- Las partes del jamón.

            Antes de empezar un jamón vamos a distinguir sus partes.
            Pezuña: La pezuña es una parte sin gran valor gastronómico, aunque se utiliza para algunos guisos (callos, etc.). Pero muy importante a la hora de diferenciar un jamón ibérico de otro de cerdo blanco.

          Caña: La caña también llamada codillo, aunque esta zona tiene poca carne, con seguridad es la más jugosa del jamón.

            Jarrete: Parte del jamón localizada entre la tibia y el peroné que se corta en taquitos para poder apreciar su jugosidad y sabor.

            Maza: Parte del jamón que presenta mayor cantidad de magro y que queda dispuesta para el corte cuando se coloca el jamón con la pezuña hacia arriba.

            Punta y Contramaza: También llamada cadera, aunque no se le considera un parte muy comercial, suele tener bastante tocino, lo que le hace ser bastante jugosa, aunque menos vistosa.

            Babilla: Es la parte del jamón más estrecha y que presenta menor cantidad de magro. Que queda dispuesta para el corte cuando se coloca el jamón con la pezuña hacia abajo.           
                       
            2.2.- Características de sus huesos.

           
            2.3.- Técnicas y prácticas de deshuese.

3.  Medidas sanitarias y de prevención de riesgos.

     3.1.-  La utilización de guantes anticorte. La principal medida de protección son los guantes de anillas de acero, cuya misión es la de proteger la mano de cualquier corte durante el deshuese.

     3.2.-  Análisis de peligro y puntos de control críticos de la mesa de trabajo o de corte. Aplicación de medidas preventivas y vigilancia de la limpieza de mesa y soporte como punto crítico de análisis.
            Una de las principales cualidades que debe tener el soporte o mesa, será que tenga una segura sujeción a la pata del jamón y esta a su vez, a la mesa para que de esta manera sea más fácil y seguro nuestro trabajo de corte.
            Cada cortador se adapta al modelo de tabla que le sea más cómodo y seguro. Siempre será más fácil acondicionar la altura y posición del soporte al cortador, a que tengamos que posicionar nuestro cuerpo al de la mesa jamonera o soporte.

4.  Utensilios para el corte.

      4.1.-  Cuchillos profesionales, chaira y pinzas. El estuche básico del cortador estará compuesto por estas piezas de cuchillería.

            Cuchillo jamonero: Cuchillo especial para cortar jamón. Muy afilado, de hoja larga, estrecha y flexible, que permite realizar cortes finos y precisos, y ajustar el movimiento al perfil de la zona de corte.

            Chaira: Es una herramienta que permite “afilar” el cuchillo de forma rápida, sencilla y segura. Podemos utilizar como sustituto cualquier herramienta que sirva para afilar.

            Porta jamones, jamonero: Soporte firme en el que colocar la pata o paletilla en una posición adecuada para el corte.

            Adicionalmente, es conveniente tener:

            Otros cuchillos básicos: De diferentes tipos de hojas afiladas (pequeñas y anchas)  para realizar cortes precisos en las zonas más angulosas y duras de la pieza y así no utilizar para estas zonas el cuchillo jamonero.

            Pinzas: Para una presentación cuidada e "higienica", permiten manipular las lonchas de jamón al colocarlas en el plato.
            4.2.-  Mantel de sobremesa y decoración final. La mesa la debemos preparar de manera que se realce más nuestra labor de corte, pero teniendo siempre en cuenta que el protagonista principal es el jamón.

5.  Limpieza de cortezas y grasas.

            Para realizar el corte de jamón de manera profesional, es recomendable eliminar toda la capa de corteza y tocino exterior. Para poder cortar la pieza entera en los escasos tiempos de los eventos, se aconseja tener cortado la maza del jamón antes de comenzar.

            5.1.- Cortes sencillos para la limpieza.

            Para empezar se da un corte profundo en la caña con un cuchillo ancho y se retira la corteza y el tocino exterior. Mediante cortes sencillos se le va quitando corteza y grasas.
            5.2.-  Técnicas para la total limpieza exterior del jamón.

            En caso que no tengamos que cortar el jamón entero se irá perfilando sobre la marcha, de esta forma se conservará el resto del producto que no se utilizará mucho mejor.
            5.3.-  Deshuese del hueso coxal.
           
            Es la práctica más peligrosa del cortador en la que se tomara todas las medidas de seguridad que están a nuestro alcance. Los guantes de anillas lo utilizaremos si el deshuese se hace sobre mesa sin sujeción y a ser posible con un peto protector.

            NOTA: Muchos cortadores no suelen realizar dicho acto para así mantener todo el producto compactado.
6.  El corte del jamón total para “EVENTOS”.

            6.1.-  Jamón limpio de cortezas y tocinos.

            Tenemos dos formas de cortar el jamón para los diferentes eventos; rápidos y lentos.
            La forma Rápida es la de pelar el jamón entero, deshuesado del coxal y sujetarle al soporte jamonero para empezar cortando por la maza, seguidamente la contramaza, la punta y tan solo con un cambio de posición del jamón terminaremos con la babilla.
            La carne más próxima a los huesos y al corvejón se podrá hacer taquitos, aunque en experto cortador sabe como conseguir algunas tapas mas de esta zona.
            Esta forma de trabajar es utilizada en eventos como cocteles, bodas, etc.
            La forma lenta, adecuada para ferias o eventos de larga duración es más espectacular. En esta forma no es necesario limpiar todo el jamón. Empezaremos a cortar el jamón por la maza y cuando encontremos el hueso coxal iremos perfilando los alrededores del hueso con poca profundidad para de esta forma ir descamando el jamón en lonchas de la zona más unida al hueso.
            Esta misma operación la iremos realizando siempre que toquemos hueso, así de esta forma, irán apareciendo los huesos descamados del jamón conforme vamos cortándole en lonchas la pieza.
            Esta forma de trabajar se suele usar en ferias o eventos de larga duración pues alarga la presencia del producto y su degustación.
            6.2.-  Sujeción al soporte con pezuña arriba.

            Suele ser la manera más común entre los profesionales para empezar a cortar el jamón debido al gran rendimiento que ofrece y en donde se puede ofrecer una gran mayor cantidad de tapas optimas tanto para la vista como para su consumo.


            6.3.-  Comienzo de corte por la maza.

            La Maza es la parte de la pata de jamón ibérico que presenta mayor cantidades de carne, se considera también la parte más rica, ya que de ahí se extrae la carne más sabrosa, tierna y jugosa.
            Ofrece normalmente un mayor grado de infiltración de grasa y es una zona muy apreciada sensorialmente y que ofrece bastante rendimiento.

7.   El corte del jamón parcial para “CASA”.

            7.1.-  Jamón con sus cortezas y tocinos.
            La contramaza o babilla es la parte más delgada del jamón. En esta parte del jamón es donde se pueden obtener buenas lonchas para aquellas personas que prefieren menos grasa infiltrada y con una textura más sólida.
            Si el consumo va a ser más lento, se recomienda comenzar por la contramaza o babilla para evitar el progresivo endurecimiento de esta parte, por contener menos grasa.
            Una vez abierto un jamón en casa se recomienda que no dure más de treinta días, ya que cada vez se secará más y resultará difícil su corte.
            7.2.-  La sujeción es opuesta a la de eventos.
            En esta posición es la manera de comenzar un jamón en casa, de la sujeción al soporte con la pezuña hacia abajo.

            7.3.-  El corte comienza por la babilla.
            La babilla o contramaza es la parte que se aconseja cortar antes pues es la parte más dura del jamón y es la que lógicamente tendrá más posibilidades de endurecerse al sufrir los primeros cortes de Loncheados.
            Al ser una zona en donde hay mucha menos carne que cortar si se empieza como se ha dicho debe durar menos y lógicamente no se nos podrá endurecer ni estropear.
            7.4.-  Perfilación ante el corte.
            Al llegar al hueso coxal de la cadera, usando la puntilla (cuchillo fino) se hará un corte incisivo alrededor de este hueso para que las siguientes lonchas salgan limpias de esta zona.

8.   Prácticas de corte y aprovechamiento.

            8.1.-  Tamaños y formas de tapas.
            Para definir el tamaño de una tapa se suele decir popularmente que el tamaño de una tapa es un poco más pequeño que el tamaño de una tarjeta de crédito. O también se suele decir que de largo entre 4 o 5 centímetros, y de ancho, la anchura del jamón.  Aunque después cada cual puede aplicar lo que estime oportuno.

            8.2.-   Corte horizontal y variado.

            El corte se intentará llevar siempre lo mas recto posible con objeto de tener mejor presentación de cara al catador. Esta acción es muy valorada dentro de los especialistas del corte.
            Para extraer las lonchas hay que apoyar el cuchillo firmemente sobre el corte sin presionar y desplazándolo con un ligero vaivén. Las lonchas deben ser finas, casi traslúcidas, combinando el magro de todas las superficies (para apreciar todos los sabores de todos los músculos) y el tocino blanco para obtener el máximo aroma y sabor.

            8.3.-   Decoración y emplatado del jamón.

            Existen muchas maneras de colocar las tapas, sólo se necesita un poco de imaginación y probar su resultado a la vista. Se intentará colocar lonchas de varias zonas del jamón e ir realizando un corte uniforme. 

            Las lonchas se presentarán en el plato en la cantidad justa, de manera ordenada y con un ligero solapamiento. Corte solo la cantidad que se vaya a consumir, pues mucha cantidad puede provocar que no se puedan coger bien cada tapa por agolpamiento.

            Nota: La presencia ocasional de unos diminutos puntos blancos salpicados entre la carne, conocidos como cristales de tirosina, lejos de ser perjudicial, denota un añejamiento correcto en bodega.
            Ahora bien se pueden ver otros puntitos blancos que corren y se mueven por la loncha del jamón. Éste es un ácaro que vive en la parte superficial del jamón. Pero que busca cualquier agujero, grieta o corte para ocuparlo.
            En principio es inofensivo, pero desagradable tener que comer un jamón lleno de ácaros. Su aparición significa que el jamón ha estado almacenado en un lugar inadecuado con mucha falta de higiene (ya que el ácaro pasa de un jamón a otro) o bien que llevaba demasiado tiempo embalado (jamones enfundados).
            Cuando se detectan en la superficie del jamón, es conveniente sumergir la pieza en agua fría durante dos horas, después cepillar fuertemente toda la superficie con un cepillo de raíces, aclarar con agua fría, colgar y dejar secar.

            8.4.-   Rendimiento de la pieza y su conservación.

            La diferencia entre el corte de un profesional y uno que podemos dar en casa, es el rendimiento que se le saca al jamón. Si se parten lonchas demasiado gruesas, puedes sacar por ejemplo 25 platos, mientras que un buen cortador es capaz de sacar 50, de ahí su importancia.
            Es importante hacer un control sobre la merma que producimos al realizar la limpieza y corte del jamón, para así saber el rendimiento final que hemos sacado sobre una pieza trabajada.
            De esta manera es como podemos saber el peso del jamón limpio aprovechado que hemos obtenido.
          En el siguiente cuadro se muestra el rendimiento que se le puede sacar a un jamón o paleta bien aprovechado.

            Conservación. El jamón ibérico lo guardaremos bien tapado, si es posible con una tela o paño gordo; lo deberemos guardar en un lugar fresco y oscuro, que no sea excesivamente frio. Se recomienda que al cortarlo la temperatura ambiente sea entre los 20 y los 25 º.
            Al terminar una sesión de corte, hay que proteger la zona con algunos de los trozos más gruesos de tocino y corteza, sacados al principio, de forma que la grasa superficial se mantenga siempre fresca.
            Como último recurso de conservación de un CORTADOR DE JAMÓN es el envasado al vacío.

            8.5.-   Envasado de raciones para familias.

            Al envasar un alimento al vacío, extrayendo el aire que lo rodea, se consigue que se conserve más tiempo sin alterar sus propiedades.
            De este modo se consigue una atmósfera libre de oxigeno con la que se retarda la acción de bacterias y hongos que necesitan de este elemento para sobrevivir, lo que posibilita una mayor vida útil del producto.
            El envasado al vacío se complementa con otros métodos de conservación ya que después, el alimento tiene que ser refrigerado o en otros casos congelados.
            Es recomendable que al envasar al vacío, tampoco agolpemos en el plato mucha cantidad, pues al producirse el vacío la grasa de cada tapa va a hacer que se peguen unas a otras y resulte dificultoso el poder coger una tapa sin que se te vengan varias a la vez.
            También es conveniente que todo envasado al vacío un buen tiempo antes de consumirse cortemos el envase (aunque no se saque del mismo) para que el oxigeno vuelva a entrar y “de tiempo” a que las tapas puedan alcanzar su máximo sabor y olor al recuperar el oxígeno perdido.